El significado del arte prehistórico y su influencia en el movimiento vanguardista

Lo primero que deberíamos preguntarnos es; ¿tiene un significado el arte prehistórico? ¿Tenían un objetivo concreto los hombres prehistóricos cuando elaboraban sus obras, o estas tenían un simple uso utilitario? En ese caso ¿deberíamos llamarlo arte? O más bien, llamándose arte ¿deberíamos obviarle un significado por el simple hecho de ser algo “instrumental”?

Sería muy pretencioso intentar dar respuesta a todas estas cuestiones desde unas breves líneas elaboradas por una estudiante de primer grado, cuando los historiadores más ilustres no han sido capaces de ponerse de acuerdo, pero ese no es en absoluto el objetivo de este trabajo, sino más bien el de reflexionar sobre una forma de manifestación que a día de hoy seguimos sin conocer, y quién sabe si conoceremos algún día.

Los primeros investigadores del arte mueble paleolítico como E. Lartet o G. de Mortillet elaboraron la primera gran teoría del “arte por el arte” cuyo principio básico consistía  en que estas decoraciones en los objetos eran realizadas por el simple placer de la ornamentación sin existir ningún tipo de motivación trascedente de tipo religioso, mágico, etc. No obstante, el descubrimiento del arte rupestre y la presencia de imágenes en el interior de las cuevas postergaron necesariamente esta teoría ya que sus fundamentos no podían justificarlas.

Posteriormente, surgieron otras teorías basadas en modelos etnológicos como la vertida por el antropólogo Salomon Reinach según la cual el significado de las representaciones prehistóricas tenían que ver con la magia de la caza y de la fecundidad. Este antropólogo y los historiadores que la adoptaron y complementaron, observaron que en el arte rupestre el motivo más representado eran los animales, por lo que interpretaron que quizá se pretendía plasmar una relación entre la imagen y el sujeto real, entendiendo que si se actuaba sobre la imagen se estaba interviniendo de igual forma sobre el animal representado, por lo que de alguna manera se podían controlar los tres campos más importantes para ellos; la caza, la fecundidad y los animales que suponían una amenaza para ellos.   Esta teoría, a pesar de contar con muchas objeciones aportó observaciones importantes para la investigación en este campo. Así pues, a mediados del siglo XX cobraron fuerza las teorías estructuralistas concediendo una gran importancia a la situación topográfica de las imágenes dentro de las cuevas así como a la relación que tenían entre sí unas figuras con otras. Se concibió un principio “femenino” y otro “masculino” para una serie de animales y signos que llegaron a interpretarse como “marcadores étnicos”, pero esta identificación de patrones tan rígidos tuvo, como no, muchas críticas dada la subjetividad con que se abordaba.

Por otro lado, las prácticas chamánicas también formaron parte de las diferentes teorías acerca del significado u objetivo del arte prehistórico. Tras descubrirse que el sistema nervioso humano podía generar estados de conciencia alterada que conllevaban alucinaciones, y que estas podían pasar por tres estadios diferentes de trance se pretendió relacionar estos diferentes grados de trance con el modo en que fueron plasmadas las representaciones paleolíticas. En un primer estadio estas alucinaciones serían simples percepciones geométricas. En un segundo estadio estas formas se descodificarían convirtiéndose en las imágenes que visualmente recordara el individuo y en un tercer estadio estas figuras ya se convertirían en animales, personas, etc. No obstante, esta teoría deja grandes lagunas acerca del significado del arte paleolítico.

A pesar de que todas y cada una de estas teorías han aportado grandes dosis de información que han supuesto importantes avances en la investigación, sólo hay una cosa que podemos afirmar sin temor a equivocarnos, y es que nunca podremos saberlo todo acerca del arte prehistórico. ¿Es posible conocer el significado de este arte? Demasiadas preguntas sin respuesta… Mientras se sigan descubriendo nuevos yacimientos u objetos decorados prehistóricos y mientras la ciencia siga avanzando en sus técnicas de datación no sabremos con certeza si podemos dar por válido lo que hasta ahora tenemos por cierto. ¿No se están modificando las teorías vigentes sobre el inicio del arte tras el descubrimiento, en 1994, de la Cueva de Chauvet, en Francia? ¿Quién nos dice que pasado mañana un nuevo descubrimiento echará por tierra las teorías actuales?

Aún así, sería desalentador afirmar que no sabemos nada al respecto, pues la información de que disponemos actualmente nos permite atestiguar muchas de las incógnitas que se esconden detrás del arte prehistórico, pero todo ello sin olvidar que la interpretación que las diferentes corrientes de pensamiento occidental han venido dándole durante el transcurso del siglo XX ha podido ser, sin duda, condicionada.

En ese sentido ¿Hasta qué punto han influido las vanguardias europeas a la interpretación posterior del arte de las culturas primitivas o del mismo arte prehistórico? O por el contrario ¿fue el arte prehistórico el que creó fuertes influencias en las primeras vanguardias?

Partimos de la base de que durante el devenir de la historia, el hombre se ha visto necesariamente influenciado por todas las manifestaciones artísticas precedentes. A principios del siglo XX  empezó a surgir un fuerte rechazo hacia todos los formalismos heredados del arte occidental clásico, y se creía que la obra de arte debía necesariamente aportar, desde el punto de vista estructural, soluciones innovadoras. Gracias a los descubrimientos que se habían llevado a cabo a finales del siglo XIX surgió un creciente interés por  todas las manifestaciones culturales prehistóricas  que empezaban a divulgarse, pues el “arte del pasado” ofrecía aspectos novedosos que no habían sido utilizados ni aprovechados con anterioridad. A nivel plástico presentaban soluciones técnicas y formales innovadoras como pudieron ser la esquematización, la simplificación y la abstracción, características todas ellas que podemos encontrar en el arte rupestre. Ante estos descubrimientos los artistas de la época se encontraron frente a una estética novedosa, que les permitió experimentar y plasmar todas las inquietudes que tenían en ese momento.

De la misma forma que anteriormente nos preguntábamos cuál era el significado del arte prehistórico, cabría ahora preguntarnos cuál fue el motivo que llevó a los artistas de principios del siglo XX a llevar a cabo un retorno a los orígenes del arte.

Existen varias teorías al respecto; Hay quien defiende que las similitudes existentes entre las diferentes manifestaciones que han surgido durante el transcurso de la historia son coincidencias derivadas de la misma necesidad creativa del artista. Como ejemplo de ello, Juan Eduardo Cirlot nos muestra dos obras, de culturas y épocas completamente diferentes, en las que dos creadores han visto la necesidad de superponer círculos concéntricos con efecto rotatorio. El ejemplo visual es, como poco, interesante;

En 2001, se llevó a cabo en Nueva York la exposición Traces: primitive and modern expresion en la que se exponían obras primitivas no contemporáneas junto a diferentes obras de artistas contemporáneos. El objetivo de esta exposición según la organización no buscaba establecer relaciones causa-efecto, sino mostrar las soluciones comunes que habían llevado a cabo diferentes artistas con una disparidad cultural y cronológica tan importante.

Por otro lado, otra de las explicaciones del retorno a este arte primigenio apunta a la búsqueda consciente del artista de fuentes de inspiración para incorporar fórmulas a su repertorio creativo. Podemos adivinar un ejemplo de esto en las siguientes imágenes. Vemos como la en la obra de Picasso “Las señoritas de Aviñón” una de las mujeres parece llevar una máscara de evidente inspiración africana.

Por último, no podemos obviar que cada artista tiene su propia manera de percibir el arte y sus connotaciones, ya que se trata de algo subjetivo que obedece a reacciones individuales, por lo que cada uno de los creadores puede tener objetivos e inspiraciones dispares, no pudiendo englobar en una sola de estas teorías las motivaciones que pudieran tener cada uno de ellos.

¿Podemos entonces pensar que los artistas prehistóricos obedecían a diferentes motivaciones cuando creaban sus piezas? Quizá sería demasiado aventurado, pero no cabe duda que el misterio que encierran todas las manifestaciones de la prehistoria todavía hoy sigue causando un enorme interés y sigue siendo fuente de inspiración para el mundo del arte

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